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25 de julio de 2010

Tertulia con Diego Zevallos


Hola Diego, ¿por qué no nos cuentas cómo empezó todo esto de los cuentos en ti?


La verdad es que siempre me gustaron las historias de todas formas y colores, pero sobretodo me gustaba envolver al que la escuchaba para que sienta lo mismo que yo: vivir la historia. Sumado a eso me gustaba leer mucho, porque la lectura tiene esa capacidad innata de dar rienda a nuestra imaginación y nos permite dejar nuestros asuntillos a un lado para soñar, meterte en los zapatos de los personajes y viajar... Ahora imagínate si eso hace un papel en un libro qué crees que puede hacer, tanto para oyente como contador, una historia en donde el que cuenta se expone como humano frente a los demás a emocionarse, sensibilizarce, reír , llorar, etc. Todo eso empecé a sentir cuando contaba una historia.


¿ Cuando dices asuntos te refieres a problemas?¿ realmente crees que un cuento puede alejarte de ellos?


Absolutamente, es más no solo creo que te aleja un momento para bien, sino que también puede ayudarte con tus problemas, no solo dándote optimismo, sino también resolviéndote conflictos internos, identificándote con ciertos personajes que pasan por situaciones similares y que ellos mismos confrontan, inmediatamente después te asalta la pregunta: si los personajes de un cuento pueden, ¿porqué yo no?


Entonces, ¿ qué relación encuentras entre la narración oral de cuentos y tu carrera de psicología?



Una mágica y gran conexión, comenzando porque cuento historias de origen popular que tienen tanta sabiduría como miles de años en la tierra. Recordemos que antiguamente las universidades no eran más que tertulias en donde el maestro se sentaba con sus alumnos a compatir estas historias. Entonces el cuento puede resolverte un conflicto que tenías presente, qué se yo con tu padre, pareja o contigo mismo, pero a un nivel inconsciente, y cada vez que escuchabas y sentías la historia terminabas con una sensación de satisfacción y eso se produce porque por dentro te está solucionando algún tipo de bloqueo. Por otro lado, y a nivel un poco más conciente, la persona puede identificar su problema en los personajes de la historia y asimilarlos en su vida, tenerlos como un norte que le genere ganas de conversarlo con alguien y no guardarlo.

y en ese sentido, ¿ cuál sería la relación del cuento con el que lo cuenta?


El cuento puede aliviarte y sanarte mucho, puesto que tu cuentas lo que sientes, lo que te mueve, lo que te duele, por eso es una expresión, entonces es una relación muy mística entre el cuento y el que lo cuenta, porque tu sabes que te está ayudando en algo sabes qué es lo que te dice a ti, pero no lo que dirá a otros, eso lo hace más rico.

¿Cómo es que se aprende a contar cuentos o a adquirir técnicas para ello?


La verdad no creo que existan técnicas para aprender a contar, ya que a ti nadie te dice cómo contar tus cosas a tus amigos o familia o quien sea. Creo que lo que si tiene un proceso es la forma en qué decides abrirte para con los demás, eso definitivamente tiene un proceso, porque cada vez dejas un poco de ti en un cuento de tus sentimientos y te atreves a ser más sincero contigo, es un viaje realmente maravilloso con destino uno mismo.


y ¿ dónde lo descubriste tú?


Estuve en algunos talleres, pero empecé con los de la trotaescuela dictado por dos amigos narradores en la actualidad Ángela y César, ahí conocí a muchos de los narradores que ahora frecuento y ellos fueron con quienes empecé este viaje para encontrar al narrador que cada uno lleva dentro, luego mantuve esa búsqueda en un taller para narradores avanzados a cargo de François Vallaeys, en quien no solo encontré a un maestro, sino amigo también, recuedo lo cautivante que podría llegar a ser ver a François hablar con tanto amor y pasión del arte de narrar cuentos, acto que me motivaba más y más...


pero también debes haber tenido cosas en contra...


La verdad sí, al comienzo fue un tanto difícil hacer entender en casa que quería empezar esta aventura de contar cuentos, no lo veían necesario, por el momento, para algo en qué invertir o gastar y realmente me costó conseguirme el dinero para los talleres, recuerdo haber pensando por aquellas épocas en que sería difícil, pero pasó y logré meterme.


bueno eso también te habrá motivado a que te esfuerces más...


Absolutamente, cuánto más luchas por conseguir algo es cuándo más lo valoras.


Cuéntame de la primera vez que te presentaste en público


Recuerdo estar muy nervioso, con muchas ansias por salir ya al frente y contar. Me acabé una botella de agua en segundos (risas), pero también recuerdo muchas miradas de amigos y familia sumamente cálidas que me transmitían confianza y me lancé a la piscina.


para ese entonces ,¿ya tenías el apoyo o todavía?


Creo que ahí nació, ahí (familia y amigos) vieron lo que siginifican los cuentos para mi. Desde ese día han aparecido personas maravillosas que me han demostrado su apoyo un sinfín de veces y que sé que seguirán ahí.


¿Qué hay de la vez que estuviste en Argentina y contaste?


Genial. Otro público, otra energía, pero eso no es lo que más recuerdo, porque justo antes de contar en la Plaza Francia tenía demasiados nervios, puesto que era otra cultura totalmente distinta, y recuerdo empezar a calmarme y a buscar algo que me empuje a hacerlo, ya que yo no era parte del itinerario de presentaciones, y empecé a buscar y buscar hasta que empezó a sonar una melodía de Joaquín Sabina llamada "otro jueves cobarde" canción que siempre me gustó y que en ese momento me puso la piel de gallina y los pies a andar rumbo al escenario a hablar con la encargada de las actividades. Una vez parado frente a ella le expliqué lo que pretendía y solo atinó a decirme: " Si querés contar cuenta ". Un par de minutos después me encontraba aferrándome al cuentan que había una vez...


¿Solo contaste ahí?


También estuve en la plaza Dorrego en San Telmo, donde fue un caso aparte, ya que la atención del público estaba totalmente dividida. Me explico, en toda la plaza había varias personas haciendo sus respectivas artes, incluido yo, por un lado había una señor recitando poesía, por el otro un genial guitarrista, por el otro un mimo, y por el otro yo. La atención del público cambiaba bruscamente para el que más le llamase la atención por el motivo que fuere. Conté el cuento del tamborilero por su alta dosis de humor y porque el cuento desde muy adentro de mi, me decía cuenta algo que haga botar energías y ese cuento sí que lo hace. Otra razón por la que sentí contar esa historia fue que porque tiene elementos actuales en nuestra sociedad peruana que quise compartir allá.


¿A qué tipo de público van dirigidos tus cuentos?


A todo el que quiera escuchar y soñar.


y en cuánto a las edades, ¿qué prefieres niños o adultos?


Cada uno tiene su magia especial, los niños porque sinceros como ellos no hay, si no le gusta el cuento se ponen a jugar conservando su pureza. Por otro lado, el adulto ya conserva esa pureza, él ya tiene el chip de los prejuicios y es precisamente él , al que se le tiene que contar más y acercárselo más a este mundo de las historias para que se ponga de nuevo en contacto con el niño que lleva dentro, y cuando lo hace el resultado es genial, porque a diferencia del niño, el adulto conversa más lo que siente, ya que tiene todas las herramientas necesarias para hacerlo en comparación al niño. Sin embargo, por otro lado, están los jóvenes que ellos sí son más sinceros si no les gusta el cuento se voltean en tu cara o te señalan ( risas). Es con ellos a los que trato de acercar más a la narración y que escuchen cuentos, ya que son parte de mi generación y el entorno en el que me desenvuelvo más. Por eso me encanta contar en la universidad donde poco a poco ya me gané un espacio donde compartir historias, por eso si me preguntas por niños o adultos, te respondo jóvenes.


Entrevista: Pilar García.

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